Cerrado el año, es hora de hacer balance.

Un buen momento para un ejercicio de perspectiva y medición, preguntándote “¿cuáles fueron mis logros este año?”. Te propongo algo muy fácil: quédate en silencio. Si lo prefieres, cierra los ojos. Sé consciente no sólo de la información, también de las sensaciones e imágenes que aparezcan en tu mente, puede que vengan escenas de tu trabajo y de tu vida personal. Responde interiormente a esta pregunta.

Puedes tomar nota. Nos hacemos de lo que medimos.

TheAlieness GiselaGiardino²³ / Foter.com / CC BY-SA

¿Qué te gustaría contestar a esta misma pregunta en enero del año que viene?

Ahora, puedes tomarte unos momentos para pensar o visualizar cómo quieres que cambie tu negocio o tu vida personal en estos 12 meses. No te pongas límites. Dota a tu visión de todo lujo de detalles, colores, sonidos, crea una escena de cómo te sientes habiendo logrado lo que te propones. De cómo afectará a tus relaciones, clientes, familia, a tus competidores, etc. Pregúntate si esta visión es un reflejo de tus prioridades. Utiliza no sólo la cabeza, sino también tu intuición, ¿sabes que se han descubierto neuronas en el corazón y en el sistema digestivo? Te recomiendo escribir todo lo que surja.

¿Qué pasará después?

Puede que esto suene a la lista de buenos propósitos para el nuevo año. Es cierto que, en menos de un mes, mucha gente se ha olvidado de las acciones y de los resultados que perseguía.

¿Se trata de ser más proactivo? ¿Más realista? ¿De hacer una revisión semanal? ¿De visualizar bien todos los pasos? ¿De confiar? ¿De ponerse plazos? ¿De premiarse? ¿De vivir el presente? Si algo he aprendido en mi experiencia como coach es que cada persona puede encontrar su propia fórmula para conseguir resultados extraordinarios.

Yo tengo mi propia fórmula, una mezcla de auto-disciplina, perseverancia e intuición. Te invito a que descubras la tuya.

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