Este es un post invitado de Joaquim Candeias | Coach y Director de Teatro
Jornadas para el empleo de Alcobendas
El día 11 de Junio tuvimos el privilegio y el placer de haber sido invitados por el Ayuntamiento de Alcobendas a participar en las III Jornadas para el Empleo en Alcobendas. Nos brindó la oportunidad de aportar nuestro granito de arena a una situación dramática. Queremos expresar en este lugar nuestro agradecimiento a los organizadores por ponernos ante tan formidable reto.
Los cuatro facilitadores de la Comunidad Metasysteme teníamos que afrontar el desafío de que muchas personas se movilizaran a la vez y que fueran protagonistas de su propio proceso, de manera que se llevaran en un tiempo muy limitado resultados concretos y tangibles. El trabajo resultó muy bien y los participantes y el Ayuntamiento salieron satisfechos.
Crédito de la Imagen: Mario Calvo – Unsplash
Una Poética del Coaching
Pero hoy, más que daros una descripción de nuestro trabajo, más que ser concreto y mensurable, me gustaría compartir con vosotros mis impresiones y reflexiones subjetivas, quizá un tanto difusas y, por qué no, tal vez encontrar una poética del coaching.
Cuando nos tocó intervenir, al final de una mañana extenuante y larga, el ambiente estaba ya cargado y en los rostros de los participantes se dibujaba la fatiga y la preocupación. Más y más información de lo que se puede hacer, de lo que se debe hacer y de lo que es imprescindible saber y hacer para que siquiera tomen en consideración tu existencia. El peso de la responsabilidad aumentaba a medida que avanzaba la jornada y se entremezclaba con ligeros y fugaces reflejos de esperanza en la mirada de la gente.
Estar sin empleo es hoy estar en la cuerda floja y sentir continuamente la atracción del abismo. Avanzar y mantener el equilibrio se hace penoso cuando el joven no ve una perspectiva, al mayor se le cierran las puertas y al poco cualificado no se le tiene en cuenta más allá de ser un número en la seguridad social. Esta es la realidad compartida por muchos de los participantes en Alcobendas y otras partes de España.
También nosotros, los coaches, caminábamos sobre el alambre. No sabíamos cuánta gente iba a permanecer en la sala y con cuánto tiempo íbamos finalmente a poder contar. Y, creo que no exagero si digo que muchos coaches han pasado por este trance y siguen peleando por su presente y su futuro. Funambulistas entre funambulistas.
Desempleados que Trabajan Duramente
60 participantes eligieron seguir con nosotros y 40 minutos fue el tiempo para trabajar. Así, nos pusimos juntos en movimiento… Para nosotros ha supuesto una gran satisfacción poder constatar que no estábamos tratando con “parados” sino con personas “desempleadas” que trabajan duramente para encontrar un empleo y que están dispuestas a aprender, a cambiar, a no caer en el desánimo y a crecer personalmente para poder conseguirlo. Funambulistas, compensando como pueden un golpe de viento adverso, una llamada de atención del abismo, una ligera pérdida del punto fijo.
El funambulista encuentra el equilibrio moviéndose, deslizándose pasito a paso, suavemente… balanceándose de un lado a otro con sumo cuidado y el diafragma en tensión, con la mirada clavada al frente; en presencia total, consciente de cada instante, del espacio y de su cuerpo. Andar sobre la cuerda floja, ha sido y será para mí la metáfora más elocuente sobre nuestro “andar por la vida” y del trabajo del coaching.
Una vez en ella no cabe pararse ni andar hacia atrás, ni tampoco ninguna rigidez; siempre hacia delante, atento, flexible, constante, controlado… en un balanceo continuo entre el raciocinio y el corazón… de un lado a otro… despacio… aquí y allá un leve cambio de ritmo… una ráfaga de aire inesperada… y así… hasta el final…
La presencia del abismo pone en alerta todos los sentidos; se siente, se percibe el vasto espacio bajo los pies, pero no se mira. El abismo es como un imán; como la mirada de la hidra mitológica. Su atracción nos envuelve en un abrazo fatídico y nos convierte en piedra; no se puede resistir a tal poder.
La cuerda… la cuerda floja es lo único que tenemos; es lo que nos da seguridad, es nuestro presente y nuestro futuro; mientras caminemos sobre ella estamos vivos. No hay nada más.
Encontrar sentido y motivación para seguir avanzando sobre el “alambre de la vida” y no desvanecernos en los brazos del abismo, es el reto de todo ser humano. Pero el alambre siempre está ahí, no nos abandona si estamos dispuestos a reconocerlo y darle el valor que se merece.
Que la gente recuperara la movilidad y volviera a caminar sobre la cuerda con la mirada puesta en una meta es un arte y el propósito del coaching. Sobre la cuerda no existe la zona de confort; la presencia vigilante en cada instante lo impide. El funambulista es el protagonista de su andar, en constante antagonismo consigo mismo y con los elementos. Y el miedo y la seguridad; la alegría y el dolor no son más que propiedades emergentes por cada paso que da; son la expresión de su libertad.
También queríamos que los participantes experimentaran el poder del grupo.
El hecho de tener que moverse hacia otras personas desconocidas para trabajar en equipo y compartir planes y preocupaciones, ha permitido a los participantes salirse de sí mismos y de encontrar rápidamente apoyo, inspiración y motivación. A través del coaching los participantes han podido experimentar de primera mano que pueden reescribir su historia y volver a sentirse protagonistas; que pueden introducir cambios, explorar nuevos caminos, fijar nuevas metas y poder disfrutar con ello.
Horizonte
Recuperar la movilidad es tan sólo un primer paso, pero un primer paso fundamental. Todo movimiento necesita espacio, distancia, sea interior o exterior. Ese espacio es nuestro “margen de error” y nuestra libertad; sin él no hay vida y nos convertimos en piedra. Por supuesto que cuando se llega al horizonte marcado aparece uno nuevo, y así es como debe ser; nunca se llega hasta que no se llegue al final.
Mientras sintamos la cuerda bajo los pies y la mirada atisbe un horizonte, todo irá bien.
Qué hermoso espectáculo presenciar los pasos balanceantes de los funambulistas.
Gracias por permitirnos sentir el peligro y experimentar la poética del coaching.
Por favor, si te ha gustado el contenido de este post, compártelo. ¡Gracias!
About Lourdes Cabero
Soy esa persona de confianza con quien verás resultados medibles en tu negocio, ganarás eficacia como equipo o avanzarás en cualquier transición. Trabajo con lo esencial, el ADN de individuos y organizaciones: así los cambios son rápidos y permanentes. Mi ADN: profesionalidad e intuición.