En estos tiempos de crisis, la creatividad, el talento y la salud física y mental de los trabajadores son absolutamente necesarios. No es el éxito de las empresas lo que está en juego, es su supervivencia.
Un discurso habitual de directivos y responsables de recursos humanos, es el de la falta de compromiso, y en particular, en el ámbito de la salud laboral, la falta de motivación y responsabilidad de los empleados hacia este asunto, pese a los avances e iniciativas que muchas organizaciones han ido implementando. Parece que sólo parte de nuestro talento se pone servicio de la empresa.
Tras una reunión de coaching con un emprendedor me he quedado con la imagen de la siembra, como una poderosa metáfora de procesos, ventas, negocios, educación, relaciones…
Puertas, muros, cierres, lindes, llaves, alambradas, arcos de seguridad, candados, códigos de acceso, barreras, contraseñas, parcelas, fronteras…
Hemos creado todo tipo de límites para sentirnos seguros, propietarios, controlar, separarnos.
Más de dos meses sin poder consultar gmail ni usar whatsapp en mi smartphone. El problema me parecía complicadísimo, habría que re-instalar, perder claves, contactos, o qué se yo. La cosa estaba en mi cabeza como uno de esos eternos temas pendientes que te roban la atención y la energía.
El principio fundamental del coaching es confiar en que el cliente, sea un equipo o un individuo, tiene los recursos para encontrar sus propias soluciones. El papel del coach es crear un espacio diferente donde los cambios de conducta sean posibles, acompañar al cliente en ese viaje y conseguir resultados excepcionales.